Ceguera monárquica
Cualquiera en su sano juicio, al contemplar la vestimenta de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, diría que son, como mínimo, horteras.
En los medios de comunicación españoles se critica todo. Y todo está permitido. El traje de la novia, el de la reina, la sobriedad del acto, la pamela de la madre de la novia, la soledad de Carolina de Mónaco o la ausencia de los presidentes iberoamericanos. Pero, es curioso. Al llegar al estilo de la infanta Elena y su peculiar pareja, todos hacen mutis. Incluso se atreven a poner pies de fotos elogiosos de su elegante estilo. ¿Es que piensan que los demás somos ciegos?
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